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Le llueven reclamos a Sheinbaum en Poza Rica; aquí no queremos a Nahle

  • sumario7redes
  • 13 oct
  • 3 Min. de lectura

A 48 horas que inició la inundación, Álamo, Veracruz sigue sin luz, sin teléfono y prácticamente sin ayuda


“No se va a ocultar nada”, aseguró la presidenta Claudia Sheinbaum al reunirse con damnificados de las “torrenciales lluvias” que, hasta el cierre de esta edición, han dejado 47 muertos reconocidos oficialmente, además de un número indeterminado de personas desaparecidas. “¡Ya huele a muerto!”, le gritaron a la mandataria durante su visita a Veracruz.
“No se va a ocultar nada”, aseguró la presidenta Claudia Sheinbaum al reunirse con damnificados de las “torrenciales lluvias” que, hasta el cierre de esta edición, han dejado 47 muertos reconocidos oficialmente, además de un número indeterminado de personas desaparecidas. “¡Ya huele a muerto!”, le gritaron a la mandataria durante su visita a Veracruz.

El gobierno federal informó que de esos decesos, 18 se registran en Veracruz, 12 en Puebla, 16 en Hidalgo y un niño de 6 años en Querétaro; no obstante, el gobierno de Hidalgo confirmó la muerte de 22 personas. Algunos afectados le reclamaron la falta de atención oportuna ante el desastre; aquí no quremos a la gobernadora Nahle, le gritaron.


La mandataria, quien recorrió ayer Huauchinango y La Ceiba, en Puebla, y Poza Rica, en Veracruz, prometió alimentación, servicios médicos y agua potable, y anunció que, además de iniciar hoy el proceso de limpieza, se realizará un censo y cuando concluya iniciará la distribución de apoyos.

En una entrevista en Poza Rica, la presidenta, quien anticipó que hoy visitará Hidalgo y Querétaro, aseguró, además, que se realiza un registro de las personas desaparecidas y, por tanto, solicitó a las personas que aún no localizan a sus familiares que marquen al 079.

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A más de 48 horas de ocurrida la inundación que devastó este municipio veracruzano, decenas de colonias siguen anegadas o con graves afectaciones, ya que a diferencia de Poza Rica -donde el agua siguió su curso y bajó más rápido-, aquí los encharcamientos no se han podido desfogar.

Sin electricidad, sin agua corriente y sin señal telefónica ni de Internet, los habitantes tratan de retornar poco a poco a su vida normal, sacando lodo de sus casas y negocios, pero la falta de comida y de agua hace que todo se vuelva más difícil de lo que ya es, y la ayuda de las instituciones comienza a llegar pero con tardanza.


“Desde que empezó esto, el jueves en la noche, estamos sin agua y sin luz. Yo vivo en el piso de arriba de mi casa y el agua subió hasta allá, como a tres metros y medio. Y de atención, la mera verdad, no. (Los uniformados) pasan por la carretera, pero aquí prácticamente no ha habido ayuda”, cuenta un vecino de la colonia Heroica que prefiere o decir su nombre.

En este asentamiento, las coladeras ya botan el agua que reciben, totalmente rebasadas, y las personas se ven obligadas a enjuagar las pertenencias que alcanzaron a rescatar en las pozas de agua sucia que se forman en las calles.

Un vecino de la colonia López Arias, taxista de profesión, se queja de la falta de ayuda de las autoridades. “Brillan por su ausencia. Ahorita nada más es la gente de las comunidades la que está llegando a dar comida, agua, pero de parte del gobierno... ni existen esos cabrones”, dice el hombre con mirada llorosa, pero también enojada.

Una de las zonas más afectadas de Álamo es la colonia Aviación y otros asentamientos aledaños, que al no tener una salida clara para el agua, se han convertido en una especie de “olla” donde se ha acumulado el líquido.

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Fabián, trabajador del ayuntamiento, pedalea por las calles rumbo a la casa de un amigo para ayudarlo a sacar sus pertenencias de la inundación, pero se da tiempo para admitir que lo que ocurrió en este localidad también es culpa de los seres humanos.

“Este es un aviso de la naturaleza. Así como nosotros le arrojamos basura, así ella nos la devuelve. Y los soldados, ahí viendo. Yo le dije a unos ‘hey, ayúdanos a sacar a la gente, y me dicen: no, no podemos. ¿Entonces qué hacen aquí?”

Conforme pasan las horas, y con la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a la región, cada vez se presentan más elementos de la Marina, la Guardia Nacional y el Ejército, pero son brigadas de voluntarios civiles los que más asumen la tarea de ayudar a la gente y repartirles comida, agua y ropa.

Un grupo de personas, con palas y escobas, camina por las cercanías del mercado El Barzón, buscando dónde pueden brindar su ayuda. Un joven, de pocas palabras, ilustra la actitud de muchas personas que han dejado de esperar a las autoridades y han tomado la labor de rescatarse con sus propias manos.

-- ¿Por qué no se aparece la Marina por aquí? – se le pregunta.

-- “Pues... equis”, dice, encogiéndose de hombros. “Como quiera nosotros lo hacemos voluntariamente. No hay pierde”.


CON INFO DE MEDIOS


 
 
 

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